Los hijos sólo pueden valorar a sus padres cada vez que les cubren una necesidad o les explican cuando están tranquilos por qué no dieron cobertura a su necesidad.
Habitualmente, los padres entran en estado de secuestro emocional cuando los hijos manifiestan frustración por no obtener cobertura de alguna necesidad, y en este estado tanto de hijos como de padres, éstos intentan explicar a sus hijos por qué no pueden dar cobertura a su necesidad, impidiendo así que puedan transformar la necesidad en posibilidad de forma espontánea y estableciendo un canal de atención tóxica que radicaliza la manifestación de la frustración, y que explica las perretas de niños de cualquier edad porque están recibiendo atención tóxica, adictiva y destructiva hasta que obtienen la cobertura de la necesidad por agotamiento de los padres.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras van hablando y con mi acompañamiento, van descubriendo que entran en estado de secuestro emocional cada vez que sus hijos expresan frustración, y entendiendo que en ese estado lo único sano que pueden ofrecer es silencio sin comunicación visual, para poder ir saliendo de la necesidad que tienen creada por transmisión, de que sus hijos no expresen frustración en nombre del respeto. Todo esto es un proceso. No es una meta, es un horizonte esperanzador con infinitas posibilidades desde el pensamiento divergente.
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