A veces a los niños no les gusta separarse de sus padres y cuando llega ese momento lloran desesperadamente, y los padres para evitar verlos llorar se van sin despedirse mientras están entretenidos con otra cosa.
Los padres que hacen esto están provocando en el niño que no confié en ellos porque le pueden abandonar en cualquier momento y hasta pueden pensar que ha hecho algo mal y por eso han desaparecido, convirtiéndose en una amenaza.
La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que
mientras vas contando a Manuela por qué
te duele tanto verle llorar y con su
acompañamiento, vayas descubriendo que la percepción que haces del llanto es
que está sufriendo mucho y le quieres librar del sufrimiento y nada más lejos
de la realidad, simplemente está expresando la frustración que siente cuando la
necesidad de estar contigo queda sin cobertura.
Es un proceso transformador
continuo, con un horizonte esperanzador.
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