Cuando conversamos para saber más del otro y de nosotros mismos, no
para convencer al otro, ni para hacer ver al otro que está equivocado o que no tiene
razón, la conversación tiene un gran poder revelador porque nos facilita
descubrir al otro y a nosotros mismos.
Es muy importante que los padres aprendan a conversar primero entre ellos y luego con los hijos,
ofreciéndoles así el modelo que luego ellos imitarán, porque además no les va a
ser posible aprenderlo en ningún otro sitio, porque en general ha desaparecido
el gusto por conversar mirándose a los ojos.
La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que
mientras vas conversando con Manuela vayas
recibiendo de ella otro modelo que te haga recuperar el gusto por conversar
para descubrir algo de ti, de los otros o de la vida que todavía no sabes, que
te permitirá recuperar la paz mental que todos ansiamos, e irá aumentando la
confianza en ti y en la vida. Conversar es un proceso transformador continuo,
con un horizonte esperanzador para recuperar la alegría de estar vivo.
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