Bendito domingo aquel que caí en la cuenta del valor que tenían los domingos para mí, eran el broche de la semana en general y del fin de semana en particular.
Nunca sonaba el despertador porque era el único día de la semana que me permitía despertarme de forma natural, sin sobresaltos, y recrearme en lo vivido durante la semana en general, pero sobre todo durante el fin de semana, que era cuando solía vivir experiencias divertidas y volvía a disfrutarlas, evocándolas una y otra vez, sin prisa por levantarme, nadie me esperaba, no tenía ningún plan.
El domingo es el único día de la semana que no tengo ningún plan previsto, me dejo sorprender por la vida y mientras me sorprende o no, me recreo en mis recuerdos.
2-02-2023 Manuela Álvaro Alonso
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